La Concatedral de Santa María fue el pasado domingo el escenario en el que más de 800 fieles rindieron un homenaje teñido de oración y fervor al que fue obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Josep María Cases Deordal, ante cuya lápida, situada en la cripta del templo, fue oficiado un responso y se realizó una ofrenda floral.